En 1940 don Andrés A. Choza, quien era Presidente del Patronato Pro Reloj y la Junta de
Mejoras Materiales, promovieron entre los hombres de empresa la adquisición de un reloj, logrando que los señores Silverio
Trueba y Patricio McConegly hicieran una donación. Ante tal inquietud los señores Trueba y McConegly compraron en Aguascalientes
dos relojes para obsequiarlos mancomunadamente a Guamúchil y Angostura.
El reloj otorgado a Guamúchil se instaló sobre una torre, la cual estaba localizada en el
cruce de las calles Antonio Rosales y Agustina Ramírez. El encargado de la instalación fue un técnico de origen suizo llamado
Ernesto Imm. Ambos relojes eran de una sola carátula, pero el de Guamúchil no se encontró lugar adecuado para instalarlo,
y se pensó en una torre elevada sobre la cuál se montaría el reloj, haciéndole las modificaciones necesarias a la máquina
para convertirlo en uno de cuatro carátulas. Su inauguración se llevó a cabo el año de 1941. De un funcionamiento eficiente
al principio, con el paso de los años su paso era anormal, era mas el tiempo que permanecía descompuesto.
Durante 25 años fue uno de los símbolos distintivos de Guamúchil, su demolición en 1966, fue bien vista
por algunos guamuchilenses, pero no así por el resto de la ciudadanía. El pueblo esperaba que lo instalaran en otro lugar,
o que las autoridades compraran uno nuevo. Ni lo uno ni lo otro sucedió, y la maquinaria no se sabía a donde